La Frase del Día

miércoles, 28 de abril de 2010

"Algún día la humanidad será juzgada..."


Que los humanos seamos tan inhumanos de encerrar, cazar y matar a animales que comparten con nosotros más de un 90 % de ADN, que tienen sentimientos, piensan y tienen sentido de la familia y la amistad es algo que no tiene parangón con ninguna otra especie...
Privar de libertad a animales con niveles tales de inteligencia y que sufren prácticamente como nosotros demuestra que somos, con diferencia, la especie que sobra o al menos, la que menos se merece estar aquí...
"Algún día la humanidad será juzgada por haber encerrado a los primates en zoológicos..." (Jordi Sabater Pi).
Ya sabíamos que el hombre puede ser y de hecho es el ser mas destructivo de cuantos habitan la tierra, pero además somos los que tenemos más capacidad de maltrato de todas las especies.
Algunas especies causan daños a otras, pero por supervivencia... nosotros, en muchos casos, lo hacemos por ocio, porque aunque resulte curioso, hay gente que disfruta con el sufrimiento ajeno, ya sea humano o no.
Ahí queda esa reflexión!
Besitos,
8a.

lunes, 26 de abril de 2010

"Respeto"


¿Existe en nuestro diccionario palabra más hermosa que esta? en mi opinión, no.

El respeto es el reconocimiento de que algo o alguien tiene su valor y puede considerarse la base para la moral y la ética, pero resulta que muchos de nosotros presumimos de morales y éticos y muy pocos pueden hacerlo de respetar a todos y a todo. Respetar y valorar a las personas como se merecen, sin prejuicios y sin "cotilleos" es algo complicado para nuestra especie, la humana, pero merece la pena hacer el esfuerzo, pues para sentirnos respetados de verdad debemos mostrar un comportamiento respetuoso ante lo que nos rodean.

No confundamos los respetos, todos respetamos al jefe, al profesor o al portero de la discoteca, pero este es un falso sentimiento, en realidad nos importa un "carajo" mas o menos grande lo que les pueda pasar a algunos individuos, nuestro respeto hacia ellos viene del miedo, de la preocupación que tenemos por el efecto que pueden tener en nosotros ciertas decisiones suyas, un despido, un suspenso o un "fuera de la discoteca" porque le da la gana. Estamos hablando de respetar a las personas, a su forma de pensar, respeto hacia las vidas ajenas, tanto de humanos como del resto de las especies que conforman las variadísimas poblaciones de nuestro planeta.

Siempre habrá gente que no respete a los demás del todo, por causas voluntarias o porque realmente puede ser muy complicado tener un comportamiento bueno siempre, no olvidemos que somos humanos, pero si intentáramos ser cada vez mejores personas, mas respetuosas con todo, en definitiva "mas humanos" el mundo cambiaría mucho. De momento comencemos con nuestros alrededores y ya se verá como sigue la cosa...
Algunos piensan que pasando por encima de los demás como máquinas cosechadoras van a conseguir ser venerados, pero solo conseguirán crear un ambiente de falsedad, en el que el verdadero sentimiento de los demás será el del odio, maquillado de color respeto... en cambio, creo que teniendo respeto por las cosas y por los demás, no solo conseguiremos sentirnos más felices, sino que lograremos conservar a nuestros amigos, nuestra familia y nuestra tierra... Se trata de no molestar al vecino, amigos, que al final vamos a ir todos al hoyo...

Me despido con esta frase de Marx: "El obrero tiene más necesidad de respeto que de pan"

Un abrazo a todos!!

8a.

domingo, 18 de abril de 2010

"Gracia malagueña..."

Menos mal que sabemos que es de guasa!! A ver si les mandamos un par de camiones de arena para que arreglen las playas...

Saludos!!

8a.

viernes, 16 de abril de 2010

En Memoria de un Grande...el más Grande...



Hace un año, tal día como hoy abandonó este mundo una de las personas más grandes de espíritu que jamás he conocido. El 16 de abril del año 2009, Ángel Mayordomo Fuentes nos dejaba por sorpresa, sin que nadie pudiera esperar ese fatídico día, en Sevilla. Con ésta entrada quiero recordar, junto con aquellos que lo queríamos, a la persona con más fuerza de voluntad, más cariñosa, con más espíritu de superación y con más ganas de vivir de todas aquellas a las que nunca he conocido. Con su partida dejó a muchísimas personas con el corazón roto, pero tengo que decir, que aquellos que tuvimos el placer de conocerlo podemos sentirnos privilegiados.

Aquellos que conocimos a esta leyenda, sabemos como era. Era impresionante ver como con las dificultades diarias con las que se encontraba, nunca había un mal gesto en su cara, es más, siempre tenía preparada una sonrisa para regalarte. Ángel era un hombre de su tiempo, moderno a pesar de su edad, alegre a pesar de sus problemas y feliz, a pesar de tener una familia (en Madrid) para la cual suponía una carga que nunca asumieron. Pero él era feliz porque estaba rodeado de personas que lo querían y que lo apreciaban de verdad.

Aquellos que pudieron disfrutar de sus bondades y no lo hicieron, como su familia, a la que veía solo cuando él iba a Madrid a verlos, sin duda perdieron la oportunidad de ver como Ángel tenía la capacidad de hacer felices a todos los que le rodeaban, de completar sus vidas. Parecía que los demás lo ayudábamos, pero no nos equivoquemos, fue él el que nos ayudó a comprender que ninguna dificultad que tengas puede impedir que seas feliz y te realices, todo es cuestión de que actitud tomas ante la vida.

Ángel tenía aficiones, le gustaba la historia, le apasionaba viajar y le encantaba salir a comer o al campo de paseo, le gustaba estar con sus amigos, bromeando, riendo... Era una persona simple en cuanto a su forma de vivir, pero compleja en cuanto a su forma de pensar, con su comportamiento y su actitud nos ha dado lecciones que no se nos olvidarán jamás y que seguro han marcado nuestras vidas para hacernos un poco mejores personas.

Como dice Paco, aun se hace raro, parece que fue ayer cuando este fenómeno formaba parte de nuestras vidas, cuando íbamos a comer, preparábamos algún viaje, nos reíamos, y en definitiva...nos sentíamos completos... Hemos pasado grandes momentos con él, en Sevilla, haciendo viajes en España y alguno que ha llegado hasta Egipto, hemos visitado sitios nuevos juntos, ha formado una parte de nuestras vidas sin la cual ahora no seríamos los mismos, ha sido lo que podemos decir mucho más que un amigo... Cariñosamente, para nosotros era nuestra "awela", y verdaderamente, era más importante que muchas personas de nuestras propias familias.

A esta maravilla de persona se le debe recordar con una sonrisa, con él muchos de nosotros fuimos felices y con su recuerdo, seguiremos siendolo. Ángel aportó a nuestras vidas mucho más de lo que nosotros pudimos ayudar a la suya. Ésta es mi forma de decir que debemos recordarlo siempre, porque fue una gran persona, un gran amigo y un gran maestro. No me quiero extender, porque los que lo conocimos, sabemos de lo que estamos hablando,

Un abrazo.

domingo, 11 de abril de 2010

"El Atasco, ese Gran Desconocido"


Después de un tiempo sin publicar nada, y gracias a la proposición del tema por nuestro amigo Távaro, vamos a tratar uno de los mas espinosos monográficos de los que a día de hoy se puede escribir: Los Atascos...
Pero... ¿que tipo de atascos?, ¿de qué estamos hablando?, bien, hay quien puede pensar que vamos a hablar de los atascos del tráfico, de una cañería o de cuando el papel se queda pillado en la impresora y no lo podemos sacar...pero no, hoy vamos a hablar de la madre de todos los atascos, los que realmente merecen ser nombrados y tratados en blogs como este, los atascos del water...

¿Quién no ha atascado alguna vez un water? es cada vez más común, el trajín de los tiempos modernos hacen que nuestra vida sea irregular, y por tanto los ciclos biológicos básicos de nuestra existencia se ven alterados y llevados a comportamientos anómalos... si en vez de sacar la leña al patio todos los días, la sacamos cada dos o más días, el elemento a eliminar (mojón) va creciendo de forma lineal hasta límites insospechados y es aquí donde viene el problema... No solo nuestro culo está diseñado para salidas ordinarias de materia inmunda, sino que los waters o retretes (que somos españoles) están diseñados por personas sin conciencia que no tienen en cuenta en sus cálculos el hecho de que alguna vez podamos cagar más de la cuenta...

El atasco propiamente dicho se produce cuando una de estas veces en las que hemos comido demasiado o llevamos varios días sin visitar el baño cagamos de una forma sobrehumana, entonces, ocurre que al tirar de la cadena el mojón simplemente "no se va" y esto, señores, es un problema. (No se considera atasco cuando no se va debido al exceso de papel, debe ser solo el mojón). Estos mojones, en algunos casos, tienen vida propia y parece que son ellos los que no se quieren marchar, algunos que incluso te saludan "buenas tardes" con la intención oculta de hacerse amigo tuyo para que no lo mandes a la planta de reciclaje de aguas, pero no hay que hacerles caso...son unos estrategas natos...

Muchos son los casos en los que "atascamos" un water y muchos los problemas en los que nos podemos ver inmersos ya que el water puede rebosar (algo raro, pero posible si se tira dos veces de la cadena sin respuesta del mojón) o si estamos en un lugar público y hay alguien esperando para entrar (en este caso lo ideal es dibujar una sonrisa a nuestra salida, para indicarle a nuestro sucesor..."amigo, te la vas comer...").

Que yo conozca personalmente, se han dado casos en trenes, restaurantes, casas de amigos o de gente que no conocemos, apartamentos de playa (los waters de éstos son especialmente malos), etc... se han dado casos en los que es necesario desatascar, pues allí convivimos con otras personas y en los que una lucha cuerpo a cuerpo escobilla en mano no es suficiente, en este caso, se recomienda encarecidamente el uso de una "percha" desmontada, para con el alambre llegar al mismo epicentro del problema.

La frecuencia con que atascamos un water puede variar mucho según las personas, la edad o la dieta, pero cada atasco es importante y debe ser comentado con otros "atascadores" profesionales u ocasionales.

A veces, los atascos son algo embarazoso, pero hay que saber tomarse con filosofía este bonito fenómeno de la naturaleza, pues el hecho de que seamos capaces de producir engendros fecales que desafían a inventos humanos concebidos para la eliminación de los mismos, como los waters, es motivo de orgullo y satisfacción...

Sin más, me despido, orgulloso por el atasco en apartamento de playa en el día de ayer y deseoso de que otros profesionales del oficio comenten sus impresiones,

saludos,

8a.

Aclaración importante: Foto tomada de internet.

lunes, 5 de abril de 2010

Cuentos Populares (5): "La Ermita"


Un cuento para pensar, en los próximos días publicaremos algo propio..;) saludos!

8a.

El viejo Haakon cuidaba cierta Ermita. En ella se veneraba un crucifijo de mucha devoción. Este crucifijo recibía el nombre, bien significativo de "Cristo de los Favores". Todos acudían allí para pedirle al Santo Cristo.

Un día el ermitaño Haakon quiso pedirle un favor. Lo impulsaba un sentimiento generoso. Se arrodilló ante la imagen y le dijo, "Señor, quiero padecer por ti. Déjame ocupar tu puesto. Quiero reemplazarte en La Cruz." Y se quedó fijo con la mirada puesta en la Sagrada Efigie, como esperando la respuesta. El Crucificado abrió sus labios y habló. Sus palabras cayeron de lo alto, susurrantes y amonestadoras: "Siervo mío, accedo a tu deseo, pero ha de ser con una condición."

Cuál, Señor??, - preguntó con acento suplicante Haakon. Es una condición difícil.

Estoy dispuesto a cumplirla con tu ayuda, Señor, -respondió el viejo ermitaño. Escucha : suceda lo que suceda y veas lo que veas, has de guardar siempre silencio.Haakon contestó: Os, lo prometo, Señor Y se efectuó el cambio. Nadie advirtió el trueque. Nadie reconoció al ermitaño, colgado de cuatro clavos en la Cruz. El Señor ocupaba el puesto de Haakon. Y éste por largo tiempo cumplió el compromiso. A nadie dijo nada. Los devotos seguían desfilando pidiendo favores.

Pero un día, llegó un rico, después de haber orado, dejó allí olvidada su cartera. Haakon lo vio y calló.

Tampoco dijo nada cuando un pobre, que vino dos horas después, se apropió de la cartera del rico.

Ni tampoco dijo nada cuando un muchacho se postró ante él poco después para pedirle su gracia antes de emprender un largo viaje. Pero en ese momento volvió a entrar el rico en busca de la bolsa. Al no hallarla, pensó que el muchacho se la había apropiado. El rico se volvió al joven y le dijo iracundo: Dame la bolsa que me has robado!.

El joven sorprendido, replicó No he robado ninguna bolsa. No mientas, devuélmela enseguida!. Le repito que no he cogido ninguna bolsa, afirmó el muchacho.El rico arremetió , furioso contra él.

Sonó entonces una voz fuerte: "Detente! El rico miró hacia arriba y vio que la imagen le hablaba. Haakon, que no pudo permanecer en silencio, grito, defendió al joven, increpó al rico por la falsa acusación. Este quedó anonadado, y salió de la Ermita. El joven salió también porque tenía prisa para emprender su viaje.

Cuando la Ermita quedó a solas, Cristo se dirigió a su siervo y le dijo: Baja de la Cruz. No sirves para ocupar mi puesto. No has sabido guardar silencio. Señor, dijo Haakon, "Cómo iba a permitir esa injusticia?.

Se cambiaron los oficios. Jesús ocupó la Cruz de nuevo y el ermitaño que quedó ante el Crucifijo. El Señor, clavado, siguió hablando. Tú no sabías que al rico le convenía perder la bolsa, pues llevaba en ella el precio de la virginidad de una joven mujer. El pobre, por el contrario, tenía necesidad de ese dinero e hizo bien en llevárselo; en cuanto al muchacho que iba a ser golpeado, sus heridas le hubiesen impedido realizar el viaje que para él resultaría fatal.

Ahora, hace unos minutos acaba de zozobrar el barco y él ha perdido la vida. Tú no sabías nada. Yo sí sé. Por eso callo. Y la sagrada imagen del crucificado guardó silencio.

(Anónimo).

viernes, 2 de abril de 2010

Cuentos Populares (4): "Nueve Vacas"

Realmente merece la pena leerlo, un abrazo a todos...


Dos amigos marineros viajaban en un buque carguero por todo el mundo, y andaban todo el tiempo juntos. Así que, esperaban la llegada a cada puerto para bajar a tierra, encontrarse con mujeres, beber y divertirse.
Un día llegaron a una isla perdida en el Pacífico, desembarcaron y se dirigieron al pueblo para aprovechar las pocas horas que iban a permanecer en tierra.

En el camino se cruzaron con una mujer que estaba arrodillada en un pequeño río lavando ropa.

Uno de ellos se detiene y le dice al otro que lo espere, que quiere conocer y conversar con esa mujer. El amigo, al verla y notar que esa mujer no es nada del otro mundo, le dice que para qué, si en el pueblo seguramente iban a encontrar chicas más lindas, más dispuestas y divertidas.
Sin embargo, sin escucharlo, el primero se acerca a la mujer y comienza a hablarle y preguntarle sobre su vida y sus costumbres.
Cómo se llama, qué es lo que hace, cuántos años tiene, y también si puede acompañarlo a caminar por la isla.

La mujer escucha cada pregunta sin responder ni dejar de lavar la ropa, hasta que finalmente le dice al marinero que las costumbres del lugar le impiden hablar con un hombre, salvo que este manifieste la intención de casarse con ella, y en ese caso debe hablar primero con su padre, que es el patriarca del pueblo.

El hombre la mira y le dice: “Está bien. Llévame ante tu padre. Quiero casarme contigo”.

El amigo, cuando escucha esto, no lo puede creer. Piensa que es una broma, un truco de su amigo para entablar relación con esa mujer. Y le dice: “¿Para qué tanto lío? Hay un montón de mujeres más lindas en el pueblo. ¿Para qué tomarse tanto trabajo?”.
El hombre le responde: “No es una broma. Me quiero casar con ella. Quiero ver a su padre para pedir su mano”.
Su amigo, más sorprendido aún, siguió insistiendo con argumentos tipo:
“¿Tu estás loco?”, “¿Qué le viste?”, “¿Qué te pasó?”, “¿Seguro que no tomaste nada?” y cosas por el estilo.

Pero el hombre, como si no escuchase a su amigo, siguió a la mujer hasta el encuentro con el patriarca de la aldea.
El hombre le explica que habían llegado recién a esa isla, y que le venía a manifestar su interés de casarse con una de sus hijas. El jefe de la tribu lo escucha y le dice que en esa aldea la costumbre era pagar una dote por la mujer que se elegía para casarse.
Le explica que tiene varias hijas, y que el valor de la dote varía según las bondades de cada una de ellas, por las más hermosas y más jóvenes se debía pagar 9 vacas, las había no tan hermosas y jóvenes, pero que eran excelentes cuidando los niños, que costaban 8 vacas, y así disminuía el valor de la dote al tener menos virtudes.
El marino le explica que entre las mujeres de la tribu había elegido a una que vio lavando ropa en un arroyo, y el jefe le dice que esa mujer, por no ser tan agraciada, le podría costar 3 vacas.

“Está bien” respondió el hombre, “me quedo con la mujer que elegí y pago por ella nueve vacas”.

El padre de la mujer, al escucharlo, le dijo: “Usted no entiende. La mujer que eligió cuesta tres vacas, mis otras hijas, más jóvenes, cuestan nueve vacas”.

“Entiendo muy bien”, respondió nuevamente el hombre, “me quedo con la mujer que elegí y pago por ella nueve vacas”.

Ante la insistencia del hombre, el padre, pensando que siempre aparece un loco, aceptó y de inmediato comenzaron los preparativos para la boda, que iba a realizarse lo antes posible.

El marinero amigo no lo podía creer. Pensó que el hombre había enloquecido de repente, que se había enfermado, que se había contagiado de una rara fiebre tropical. No aceptaba que una amistad de tantos años se iba a terminar en unas pocas horas. Que él partiría y su mejor amigo se quedaría en una perdida islita del Pacífico.

Finalmente, la ceremonia se realizó, el hombre se casó con la mujer nativa, su amigo fue testigo de la boda y a la mañana siguiente partió en el barco, dejando en esa isla a su amigo de toda la vida.
El tiempo pasó, el marinero siguió recorriendo mares y puertos a bordo de los barcos cargueros más diversos y siempre recordaba a su amigo y se preguntaba: “¿qué estaría haciendo?, ¿cómo sería su vida?, ¿viviría aún?”.
Un día, el itinerario de un viaje lo llevó al mismo puerto donde años atrás se había despedido de su amigo. Estaba ansioso por saber de él, por verlo, abrazarlo, conversar y saber de su vida.
Así es que, en cuanto el barco amarró, saltó al muelle y comenzó a caminar apurado hacia el pueblo.
“¿Dónde estaría su amigo?, ¿Seguiría en la isla?, ¿Se habría acostumbrado a esa vida o tal vez se habría ido en otro barco?”
De camino al pueblo, se cruzó con un grupo de gente que venía caminando por la playa, en un espectáculo magnífico.
Entre todos, llevaban en alto y sentada en una silla a una mujer bellísima.
Todos cantaban hermosas canciones y obsequiaban flores a la mujer y esta los retribuía con pétalos y guirnaldas.
El marinero se quedó quieto, parado en el camino hasta que el cortejo se perdió de su vista. Luego, retomó su senda en busca de su amigo.
Al poco tiempo, lo encontró. Se saludaron y abrazaron como lo hacen dos buenos amigos que no se ven durante mucho tiempo.

El marinero no paraba de preguntar: “¿Y cómo te fue?, ¿Te acostumbraste a vivir aquí?, ¿Te gusta esta vida?, ¿No quieres volver?”
Finalmente se anima a preguntarle: “¿Y como está tu esposa?”
Al escuchar esa pregunta, su amigo le respondió: “Muy bien, espléndida. Es más, creo que la viste llevada en andas por un grupo de gente en la playa que festejaba su cumpleaños”.

El marinero, al escuchar esto y recordando a la mujer insulsa que años atrás encontraron lavando ropa, preguntó: “¿Entonces, te separaste? No es la misma mujer que yo conocí, ¿no es cierto?”.

“Si” dijo su amigo, “es la misma mujer que encontramos lavando ropa hace años atrás”.
“Pero, es muchísimo más hermosa, femenina y agradable, ¿cómo puede ser?”, preguntó el marinero.

“Muy sencillo” respondió su amigo. “Me pidieron de dote 3 vacas por ella, y ella creía que valía 3 vacas. Pero yo pagué por ella 9 vacas, la traté y consideré siempre como una mujer de 9 vacas. La amé como a una mujer de 9 vacas. Y ella se transformó en una mujer de 9 vacas”.

“Cuando alguien nos valora y nos estimula, con sinceridad y amor, obramos cambios increíbles...”

(anónimo)

Saludos,

8a.