Hace un año, tal día como hoy abandonó este mundo una de las personas más grandes de espíritu que jamás he conocido. El 16 de abril del año 2009, Ángel Mayordomo Fuentes nos dejaba por sorpresa, sin que nadie pudiera esperar ese fatídico día, en Sevilla. Con ésta entrada quiero recordar, junto con aquellos que lo queríamos, a la persona con más fuerza de voluntad, más cariñosa, con más espíritu de superación y con más ganas de vivir de todas aquellas a las que nunca he conocido. Con su partida dejó a muchísimas personas con el corazón roto, pero tengo que decir, que aquellos que tuvimos el placer de conocerlo podemos sentirnos privilegiados.
Aquellos que conocimos a esta leyenda, sabemos como era. Era impresionante ver como con las dificultades diarias con las que se encontraba, nunca había un mal gesto en su cara, es más, siempre tenía preparada una sonrisa para regalarte. Ángel era un hombre de su tiempo, moderno a pesar de su edad, alegre a pesar de sus problemas y feliz, a pesar de tener una familia (en Madrid) para la cual suponía una carga que nunca asumieron. Pero él era feliz porque estaba rodeado de personas que lo querían y que lo apreciaban de verdad.
Aquellos que pudieron disfrutar de sus bondades y no lo hicieron, como su familia, a la que veía solo cuando él iba a Madrid a verlos, sin duda perdieron la oportunidad de ver como Ángel tenía la capacidad de hacer felices a todos los que le rodeaban, de completar sus vidas. Parecía que los demás lo ayudábamos, pero no nos equivoquemos, fue él el que nos ayudó a comprender que ninguna dificultad que tengas puede impedir que seas feliz y te realices, todo es cuestión de que actitud tomas ante la vida.
Ángel tenía aficiones, le gustaba la historia, le apasionaba viajar y le encantaba salir a comer o al campo de paseo, le gustaba estar con sus amigos, bromeando, riendo... Era una persona simple en cuanto a su forma de vivir, pero compleja en cuanto a su forma de pensar, con su comportamiento y su actitud nos ha dado lecciones que no se nos olvidarán jamás y que seguro han marcado nuestras vidas para hacernos un poco mejores personas.
Como dice Paco, aun se hace raro, parece que fue ayer cuando este fenómeno formaba parte de nuestras vidas, cuando íbamos a comer, preparábamos algún viaje, nos reíamos, y en definitiva...nos sentíamos completos... Hemos pasado grandes momentos con él, en Sevilla, haciendo viajes en España y alguno que ha llegado hasta Egipto, hemos visitado sitios nuevos juntos, ha formado una parte de nuestras vidas sin la cual ahora no seríamos los mismos, ha sido lo que podemos decir mucho más que un amigo... Cariñosamente, para nosotros era nuestra "awela", y verdaderamente, era más importante que muchas personas de nuestras propias familias.
A esta maravilla de persona se le debe recordar con una sonrisa, con él muchos de nosotros fuimos felices y con su recuerdo, seguiremos siendolo. Ángel aportó a nuestras vidas mucho más de lo que nosotros pudimos ayudar a la suya. Ésta es mi forma de decir que debemos recordarlo siempre, porque fue una gran persona, un gran amigo y un gran maestro. No me quiero extender, porque los que lo conocimos, sabemos de lo que estamos hablando,
Un abrazo.
Saludos al cielo... otro abrazo a la awela
ResponderEliminarLa awela estaría orgullosa de nosotros, le encantaría ver como estamos ahora mismo, una abrazo!
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