Érase una vez una carrera de sapos en el país de los sapos. El objetivo consistía en llegar a lo alto de una gran torre que se encontraba en aquel lugar. Todo estaba preparado y una gran multitud se reunió para vibrar y gritar por todos los participantes. En su momento se dio la salida y todos los sapos comenzaron a saltar. Pero como la multitud no creía que nadie llegara a la cima de aquella torre pues ciertamente, era muy alta, todo lo que se escuchaba era: “no lo van a conseguir”, qué lástima, está muy alto, es muy difícil, no lo van a conseguir”. Así la mayoría de los sapitos empezaron a desistir. Pero había uno que persistía, pese a todo, y continuaba subiendo en busca de la cima.
La multitud continuaba gritando: “es muy difícil, no lo van a conseguir”, y todos los sapitos se estaban dando por vencidos, excepto uno que seguía y seguía tranquilo cada vez con más fuerza. Finalmente fue el único que llegó a la cima con todo su esfuerzo. Cuando fue proclamado vencedor muchos fueron a hablar con él y a preguntarle como había conseguido llegar al final y alcanzar semejante proeza. Cual sería le sorpresa de todos los presentes al darse cuenta que este sapito era sordo.
La multitud continuaba gritando: “es muy difícil, no lo van a conseguir”, y todos los sapitos se estaban dando por vencidos, excepto uno que seguía y seguía tranquilo cada vez con más fuerza. Finalmente fue el único que llegó a la cima con todo su esfuerzo. Cuando fue proclamado vencedor muchos fueron a hablar con él y a preguntarle como había conseguido llegar al final y alcanzar semejante proeza. Cual sería le sorpresa de todos los presentes al darse cuenta que este sapito era sordo.
(anónimo)
¿Conclusiones? No nos dejemos influir por las malas influencias de personas negativas. Todos y cada uno de nosotros podemos conseguir lo que nos propongamos, el secreto está en desearlo con fuerza y no escuchar a quién nos desanime.
Saludos,
8a.
Bonita historia...desde luego el que la sigue la consigue...y a palabras necias, oidos sordos.
ResponderEliminarAtrevamonos pues a conseguir nuestros objetivos y no seamos nosotros mismos lo que nos cortemos las alas. A VOLAR!
Brindo por ello!
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