La Frase del Día

domingo, 27 de junio de 2010

Aquello que te pasa y nunca te atreverías a contar (HISTORIA 2): "La Pelea"


Uno de nuestros asiduos colaboradores, nos manda esta bonita historia de amor. Es la historia de un momento, un lugar, una época, una situación comprometida... se trata del cariño creado entre dos individuos de diferente naturaleza entre los que surgieron unos sentimientos muy bonitos y un adiós obligado, por la diferencia de edad...

8a.


"LA PELEA"

En un lugar de Mazagón, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho que fuimos de vacaciones, a una bonita morada a pie de playa. En aquellos días, los buenos momentos se sucedían por doquier, la amistad y el cariño se respiraba por las esquinas y el sol brillaba creando una claridad que invadía el agua y la arena de la playa, logrando una serenidad digna de los más antiguos monasterios budistas que reinan en el continente asiático.

En medio de esta paz y tranquilidad, los quehaceres mas mundanos y fundamentales para el buen funcionamiento de las personas debían hacer su acto de presencia, y lo hacían, vaya si lo hacían...

Aquella tarde, me encontraba en el porche de la casa, cuando de repente algo en mi interior dijo basta. Quiero salir y lo quiero hacer ahora. Una fuerza bastante poderosa se apoderó de mi, puse pies en polvorosa y corrí, con paso firme, hacia el baño con instrucciones dictadas desde mi "yo" interno: Evacuación forzada.

Cuando llegué al baño, el panorama era desolador. Un diminuto retrete presidía aquella habitación que hacía las veces de cuarto de pensar. La sensación al sentarte no era mucho mejor. Una pierna tocaba la pared mientras que la otra chocaba con la bañera, y todo, con un ángulo entre piernas de no mas de 20º. La misión se ponía difícil, pero había que resolverla, pues no iba a ser esta vez menos que otras.

No hizo falta apretar mucho, pues aquello tenía la intención de buscar un medio aerobio apretara yo o no. Al fin salió, y más se pareció a un parto que a una situación de "descomer". Pero no todo había terminado, la segunda parte de una jocosa jornada no había hecho mas que comenzar.

Me dispuse a tirar de la cadena, cuando una voz dijo: "no! espera, quiero ser tu amigo", perplejo miré hacia abajo y mi cara se tornó a un blanco pálido digno de las mejores marcas de leche. Aquello hablaba, e incluso me extendió la mano con la intención oculta de que, al saludarme, pudiera salir de allí y venirse de cervecitas. Atónito tiré y tiré de la cadena, sin más resultado que el de quitarle las legañas al engendro. Fue en ese momento cuando me di cuenta del peligro que la situación conllevaba. El "bicho" quería salir y tenía las intenciones muy claras, no iba a irse por la cañería sin hacerme sudar sangre. Me armé de valor, y escobilla en mano comencé una batalla que iba a ser más dura de la cuenta... Empujé, removí y tiré de la cadena en repetidas ocasiones, escuchando gritos y quejidos propios de una cochina pariendo.

En aquel baño sin pestillo, cualquiera que hubiese entrado en ese momento y tuviese algo de idea de cine hubiera querido rodar una película. Yo, de pié, con mi espada con pelos en la mano (la escobilla), el bañador por los tobillos y en plena batalla. El edor era insoportable, porque la pequeña ventanita que lucía en la pared estaba tan solo entreabierta, pues tras ella se encontraba el porche donde los demás reían y disfrutaban de una soleada tarde.

Tras una lucha de algo más de diez minutos y habiéndole tomado mucho cariño a aquel producto del exceso de alimentación humana conseguí darle un apenado adiós al que ya se había convertido en un miembro más de aquella reunión. Salí del water, victorioso, con sensaciones encontradas, pero con la moral muy alta por el éxito de una batalla librada más, en esta vida tan peligrosa...
Con esta historia, quiero hacer una llamamiento a aquellos ingenieros, constructores, casas comerciales, vendedores y fontaneros dedicados a la creación, venta y puesta en funcionamiento de todo tipo de elementos para el baño. Señores, hay que hacer el agujero del water más grande, acompañando esto de una tubería de diámetro adecuado.

(Anónimo).


Gracias a este amigo, por lo detallado de la descripción y por mantener su anonimato (costaría trabajo hablarle sabiendo todo esto),

saludos,

8a.

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